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Sanación Espiritual y la Relación entre la Mente, el Cuerpo y las Creencias

Actualizado: 27 feb


"Un individuo puede pedir ser curado físicamente porque tiene miedo del daño corporal. Al mismo tiempo, si fuese curado físicamente, la amenaza que ello representaría para su sistema de pensamiento podría causarle mucho más miedo que la manifestación física de su aflicción. En ese caso no estaría pidiendo realmente que se le liberase del miedo, sino de un síntoma que él mismo eligió. Por lo tanto, no estaría pidiendo realmente ser curado."

UCDM


Cuando enfrentamos situaciones de salud, muchas veces atendemos solo los síntomas físicos sin considerar la causa real que los origina. Sin embargo, desde una perspectiva espiritual, la sanación no se encuentra solo en el cuerpo, sino en la mente, en las creencias y asociaciones mentales que hemos construido a lo largo de nuestra vida.

En este artículo, exploraremos cómo la sanación espiritual nos invita a ir más allá de los síntomas y abordar la verdadera raíz de nuestras dolencias, comprendiendo el impacto de nuestros pensamientos y creencias en nuestra realidad física.


La Conexión Entre Mente, Cuerpo y Espíritu

Nuestra experiencia física está directamente relacionada con nuestro estado mental y espiritual. Lo que experimentamos externamente es una manifestación de nuestro mundo interno. Nuestras creencias, ya sean individuales o heredadas a nivel social, cultural y familiar, determinan la manera en que percibimos la realidad y reaccionamos ante ella.

Por siglos, la humanidad ha aprendido a verse como víctima de circunstancias externas, en lugar de asumir la responsabilidad de las condiciones internas que generan esas experiencias. Sin embargo, cuando comenzamos a tomar consciencia de nuestra capacidad para transformar la mente, comprendemos que la sanación verdadera viene de adentro hacia afuera.


La Falta de Paz Como Un Indicador de Sanación Necesaria

A través de mi camino espiritual y mi conexión con el Arcángel Rafael y el Maestro Jesús, he aprendido que cualquier situación que nos haga perder la paz es un síntoma de una creencia errada que debe ser sanada. La mayoría de las enfermedades y malestares tienen su origen en la mente y están vinculados a creencias de separación, escasez, pérdida o incluso miedo a la muerte.

Si bien existen enfermedades y dolencias que pueden explicarse en términos médicos, la causa subyacente muchas veces es emocional y mental. Cada persona reacciona de manera distinta ante un mismo evento porque cada uno tiene un sistema de creencias único que influye en su interpretación de la realidad.


Más Allá de Los Síntomas: Sanar la Causa Raíz

En nuestra cultura, hemos aprendido a manejar los síntomas sin atender la verdadera causa. Por ejemplo, cuando tenemos dolor de cabeza, recurrimos a un analgésico como el ibuprofeno o paracetamol, lo cual nos ayuda a reducir la molestia, pero no a descubrir qué lo ha causado.

Si queremos una sanación profunda y duradera, es fundamental preguntarnos:

  • ¿Qué situación o emoción desencadenó este malestar?

  • ¿Qué creencia o pensamiento está generando esta experiencia física?

  • ¿Estoy reprimiendo una emoción que mi cuerpo está manifestando a través de un síntoma?

Como dice el conocido refrán: "El cuerpo dice lo que la boca calla". Nuestro cuerpo es un reflejo de nuestra mente, y cada dolencia es una invitación a sanar algo más profundo dentro de nosotros.





Tres Pasos Para la Sanación Espiritual

1. Reconocer la Falta de Paz

El primer paso es darnos cuenta de que algo dentro de nosotros necesita ser sanado. Cualquier situación que nos haga sentir ansiedad, miedo o estrés es una señal de que hay una creencia limitante en nuestro interior que está manifestándose en nuestra vida.

En lugar de rechazar el síntoma, debemos verlo como un mensaje. Es una oportunidad para mirar hacia adentro y descubrir qué nos está mostrando nuestra mente.

2. Aceptar Sin Juicio

Como enseña Un Curso de Milagros, "El final del juicio es el comienzo de la sanación". Muchas veces, cuando enfrentamos una enfermedad o situación desafiante, caemos en pensamientos como:

  • "Esto no debió haber pasado."

  • "¿Por qué a mí?"

  • "No debería estar sintiendo esto."

Pero juzgar la situación solo nos genera más resistencia. En cambio, al aceptar lo que está sucediendo sin etiquetarlo como "bueno" o "malo", nos abrimos al aprendizaje y la transformación.

3. Elegir la Paz y Entregar la Situación a la Luz

Una vez reconocemos y aceptamos nuestra situación, el siguiente paso es elegir la paz. Esto significa entregarle la situación a la divinidad, a los guías espirituales o a nuestra consciencia superior para que nos ayuden a ver la verdad desde el amor.

Cuando nos abrimos a esta guía, recibimos claridad y herramientas para sanar nuestra mente y, en consecuencia, nuestro cuerpo y nuestra realidad física.

La Verdadera Sanación: Liberarnos de Creencias Limitantes

La sanación espiritual no es solo una cuestión de "sentirse mejor" momentáneamente, sino de transformar nuestras creencias a nivel profundo para que la experiencia de bienestar sea duradera. Al sanar nuestra mente, nuestra realidad se transforma, reflejando la luz y el amor que realmente somos.

Cuando entregamos nuestras dolencias a la luz y confiamos en el proceso, el resultado será el más adecuado para nuestro crecimiento. Y al hacerlo, no solo nos sanamos a nosotros mismos, sino que también contribuimos a la sanación del mundo, pues cada paso que damos hacia la paz impacta a todos los que nos rodean.


Conclusión

Sanar espiritualmente implica mirar más allá de los síntomas y abordar las causas raíz de nuestras dolencias. A través de la comprensión de nuestra mente y la entrega de nuestras creencias erradas a la luz, podemos lograr una transformación profunda y duradera.

Recuerda: cada vez que pierdes la paz, es una oportunidad de sanación. Aprovecha ese momento para mirar dentro de ti, aceptar la experiencia sin juicio y elegir la paz. De esta manera, tu vida física se convertirá en un reflejo de la plenitud de tu ser.


Espero que esta información te sea útil en tu camino de sanación.

¡Un abrazo de luz y amor infinito!



Catalina Diaz

Psicoterapeuta Angelical




 
 
 

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